Llevamos algunos meses tratando de no recurrir a la desratización, pero en estos momentos, la llegada nuevamente del agua y el riego del pequeño cultivo ecológico que estamos llevando a cabo ha tenido como consecuencia un “efecto llamada” de una gran colonia de ratas. No se puede hablar de decenas, nos tememos que ya son centenares las que deambulan de forma exagerada por el recinto.

Tenemos una fórmula perversa: alcantarillas urbanas cercanas + agua abundante + cultivo ecológico agrícola + ningún depredador enemigo (ni Lluvia, una pastora alemana consigue disuadirlas pese a su habilidad cazadora :-).

El tratamiento no es fácil. Se ha recurrido a cuatro empresas especializadas y ninguna de ellas da garantías totales para su exterminio si no se cumplen algunas condiciones  que van en dirección contraria a la que estamos trabajando. Hay que tomar nota.