La historia nos enseña a menudo que la extravagancia y el deseo de ostentar son tan antiguos como la humanidad misma. Un claro ejemplo de esto se encuentra en las reflexiones del historiador y sacerdote católico Johannes Janssen, quien en su libro “La civilización en Alemania“, publicado en 1887, ilustra la decadencia y el exceso de la nobleza alemana tras la Reforma Protestante.
Contrariamente a la austeridad promovida por la Reforma Luterana, los nobles alemanes, en su búsqueda de distinción y lujo, se volvieron aún más ostentosos y derrochadores. Esta tendencia no solo afectó a la nobleza, sino que también incitó en la burguesía y los campesinos el deseo de emular a sus superiores. Cada estrato social intentaba superar al otro en magnificencia y opulencia, especialmente en lo que a celebraciones y festines se refiere.
Un ejemplo destacado de esta época es el banquete nupcial del Mariscal Kurt von Schwicheldt en 1580.
Janssen describe este evento con una precisión que asombra: las celebraciones se extendieron durante cuatro días, atrayendo a invitados que llegaron con seiscientos caballos. Se montaban setenta y cinco mesas diarias, y para abastecer las cocinas se necesitó una cantidad impresionante de alimentos: 20 bueyes, 36 cerdos, 80 ovejas, 40 becerros, 80 corderos, 32 cochinillos, 240 gansos, 580 gallinas, 12 ciervos y otras piezas de caza, 12 jabalíes, 16 corzos, 50 liebres, 20 faldas de tocino, 380 lucios y 460 carpas.
Pero más allá de la comida, lo que resalta en la narración de Janssen es la presencia del vino, en particular, el vino Fondillón de Alicante. Acompañando a los barriles de Malvasía, vino del Rhin y diversas cervezas, el vino Fondillón se destacaba como una bebida de elección para los paladares más exigentes. Este vino, con su rico sabor y su profundo aroma, era un símbolo de lujo y refinamiento, un complemento perfecto para los opulentos banquetes de la época.
El vino Fondillón, originario de la región de Alicante en España, es conocido por su proceso de elaboración único y su excepcional calidad. Este vino, a menudo asociado con la realeza y la aristocracia, no solo era un testigo de los excesos de la época, sino también un elemento que realzaba el prestigio y la magnificencia de estos eventos.
En la actualidad, el vino Fondillón sigue siendo un referente de calidad y exclusividad. A pesar de que los tiempos han cambiado y la ostentación de aquellos días puede parecernos excesiva, el Fondillón de Alicante mantiene su estatus como uno de los vinos más distinguidos y apreciados en el mundo de la enología.
Así, al reflexionar sobre los banquetes de la nobleza alemana y su inclinación por el vino Fondillón, nos enfrentamos a un fascinante retrato de la historia, donde el lujo, la ostentación y la búsqueda de distinción se entrelazan con la tradición vinícola, dejando un legado que perdura hasta nuestros días.
Rafael Poveda & IA generativa
Fuente: Este artículo ha sido generado por la Ia de Open AI y la herramienta Takk to Docs de 1Millionbot.com a partir del artículo de Rafael Poveda.
https://www.rafaelpoveda.com/wp-content/uploads/2023/11/postureoenlaedadmoderna.pdf
Grande, Rafael !!!. Nunca cejes. No hay mejor embajador para nuestra tierra. Un gran abrazo