El alma de Torre Juana -así la definió Andrés Pedreño en su introducción-. Unas 150 personas asistieron el pasado día 1 de Junio a la inauguración de la exposición de Eliseo Pascual. La exposición estará abierta durante el mes de Junio de las 16 a las 18 horas en el edificio de Caballeriza, planta superior de lunes a viernes.

Más abajo recogemos las intervenciones íntegras de Gaspar Mayor y Eliseo Pascual, tras una breve bienvenida de Andrés Pedreño y una glosa de los “amigos de Torre Juana” por parte de Manuel Desantes.

Andrés Pedreño, Eliseo Pascual, Gaspar Mayor y Manuel Desantes

Presentación de Eliseo Pascual por Gaspar Mayor

Creo que hoy, es un día de emociones para muchos de los que estamos aquí, y, permitirme la licencia de hablaros primero de las mías, y robaros un minuto, antes de presentar a Eliseo.
Ando convencido de que a partir de ciertas edades, habría que sustituir los currículos por una explicación de quienes son tus amigos y por qué lo son, así se entendería mejor quien es cada uno. Y habría que complementarlo con las actitudes y los valores.
Era y soy un admirador de Andrés Pedreño, por dos motivos, bueno por tres. El primero por la labor como rector que situó a nuestra Universidad en un lugar inimaginable. El segundo por su capacidad de adelantarse a lo que sucederá, siempre muchos pasos por delante de la realidad del momento. La Biblioteca virtual hace años, o su liderazgo actual en las nuevas tecnologías y el apoyo a los jóvenes emprendedores, y su lucha por colocar Alicante en el futuro, son un ejemplo. Y el tercero, corporativista, por ser ambos economistas, aunque él haya jugado en Champions y yo en la Copa de San Pedro. Con Andrés aprendí, lo que no está en los escritos, cuando entre 2011 y 2012, coincidimos en una comisión informal de identificación de proyectos singulares para Alicante, él de experto y yo de escribiente. Él ayudó con su empuje al proyecto de Alicante Guitarra Clásica, que lleva seis años dándonos alegrías, y que me ha permitido incorporar como¡ amigos de verdad a gente tan especial como Luis Corno o Manolo Desantes o el Maestro Nacho Rodes o Malena Durán. Aquí en Torre Juana hemos tenido nuestra casa y se que la seguiremos teniendo

Me permitirás Andrés que cuente que me has autorizado a poner en mi currículo, con certificado incluido, que la mañana que escriturasteis Torre Juana, a primera hora, me llamaste, me recogiste en tu coche y me trajiste hasta aquella parte de la valla, y subidos a sendas piedras vimos desde allí el interior de la finca. Querías saber mi opinión. Yo no daba crédito a tanto honor, y cuando supe de la filosofía del proyecto menos. Y cuando me invitaste a presentar a Eliseo ya te coloqué en mi altarcito. Mi admiración personal por Andrés y por Becky han superado lo profesional. Su compromiso y su generosidad me deslumbran, y este proyecto de Torre Juana, abierto a sus conciudadanos, es un ejemplo. Gracias a los dos. Y de Eliseo Pascual Gómez, que es de lo que he venido a hablar, que puedo decir. Bueno, lo primero y, lo más importante es que somos primos, y además nos queremos. Los que lo conocéis bien, os sabrá a poco lo que yo pueda decir de él, pero como seguro hay personas aquí esta tarde que no lo conocen en profundidad, debo ser discreto en los halagos para ser creíble, máxime después de la anterior declaración de amor, porque os aseguro que si digo todo lo que pienso no me vais a creer.
Lo primero es que una buena persona, es buena gente, muy buena gente. Y es un tipo normal, que aunque no lo parezca es un verdadero mérito en estos tiempos. Y es humilde y sencillo y tímido. Y sabio. Es nuestro primo mayor, de un grupo de nueve de la rama Pascual, nietos de Ángel Pascual Devesa, médico, republicano, foguerer, escritor, poeta, fotógrafo, y ejemplo de valores, de generosidad, de compromiso y de tolerancia para todos. Como lo fue su otro abuelo, Eliseo Gómez Serrano, amigo, correligionario, y consuegro del abuelo Ángel. Eliseo para nosotros durante nuestra juventud fue un referente y lo ha seguido siendo hasta hoy. Terminó Medicina cuando los demás luchábamos por terminar el bachiller. Se fue a Estados Unidos, a la vez que su hermana Mavi y nuestro añorado Juanjo. Estuvo unos años en el Hospital Jefferson de Philadelphia y en la Universidad de Pennsylvania. Allí se formó con los mejores y, para nosotros, se convirtió en un ídolo, al que escuchábamos arrobados cuando venía alguna vez. Me trajo una vez una corbata que se convirtió para mi en símbolo de distinción, y que provocó que me compraran mi primer traje, al que me había negado en aquellos años de universidad, prisionero de las poses progres de la época. Y volvió de Estados Unidos, y se convirtió, más bien pronto que tarde, en una referencia en la reumatología, primero nacional y luego internacional. Fue Jefe de servicio del Hospital General y en cuanto la Facultad de medicina empezó a rodar, se convirtió en catedrático de la especialidad.
Ha presidido la Asociación española de reumatología y ha recorrido, y todavía hoy lo hace, el mundo, exponiendo sus enormes conocimientos, que, para que os hagáis una idea y en la especialidad de gota, que yo creía que era una enfermedad literaria, es uno de los mejores especialistas del mundo.
Pero si su prestigio en el mundo profesional es de primer nivel, no lo es menos en su relación con los pacientes, que finalmente son el objetivo último de un médico. Los ha tratado con cariño y cercanía, y nunca ha marcado distancia con ellos. Les ha explicado de manera comprensible, pero siempre rigurosa, lo que les pasaba. Les ha recetado con sentido común y con austeridad pensando solo en su bienestar. Les ha hecho ver que él era un científico pero nunca un mago. En una medicina acostumbrada a grandes y caros remedios, y a una cierta pose, Eliseo desconcierta recetando solo una aspirina o unos ejercicios con una goma.
Pero lo que más desconcierta es que la terapia funciona, sin que Eliseo se de ninguna importancia.

photo-2018-05-31-20-53-17

Cuando volvió de Estados Unidos y se instaló en Alicante, una vez que el paso del tiempo igualó nuestras edades, se convirtió en nuestro amigo, sin dejar de ser nuestro patriarca.
Y cuando ya pensábamos que solo se dedicaría al reuma y a las fotos, salió de su burbuja y tuvo la potra de encontrar a María Teresa, y entre foto y foto, nacieron Tomás y Sara, y, desde hace un tiempo, después de haber ganado el Campeonato de España de faluchos para veteranos, se le ha empezado a llenar la familia con otra generación y él, está feliz.
La fotografía lo ha acompañado siempre. Nuestro abuelo Ángel, era un gran aficionado, y su colección de estereografías, recuperadas por la prima Mercedes, la garante de nuestra memoria Histórica, nos permiten ver su
arte y conocer el Alicante de los años 20. De casta le viene al galgo. De casta de abuelo y de casta de padre, nuestro tío Tomás, médico también.
Un día que subí al hospital general, supongo que a ver a mi tío Ángel, que era nuestro ángel médico, me encontré a Eliseo non la bata blanca, diez bolígrafos y plumas en el bolsillo de la bata, y una máquina de fotos colgada al cuello.
Entonces supe que tenía una colección de fotos médicas relacionadas con su especialidad que era impresionante. He  pensado estos años que era una especie de coleccionista.
Hace tres días cuando se lo recordé me hizo ver, con una sabiduría que en Eliseo surge de una manera tan natural que te impresiona, que a sus alumnos siempre les ha dicho que cuando descubres por qué has hecho esa foto, estás más cerca de la terapia a través del diagnóstico. La foto es un modo de acercarse con otra visión a la realidad.
Eso es lo que vais a ver en esta extraordinaria colección de fotos. 40 obras de arte y también un documento histórico sobre Torre Juana que se engrandecerá conforme avance la rehabilitación.

Eliseo fotografía en gran formato, y en blanco y negro, y esto le permite trasladar al papel la realidad con la máxima fidelidad. Juega con las luces y las sombras y con los diferentes planos que se superponen en la arquitectura. Recoge la realidad, como hace cualquier fotógrafo, pero, en el caso de Eliseo te das cuenta que además en ese papel hay magia.
Y hay paciencia, para esperar la luz adecuada, y hay infinita observación para encontrar el mejor ángulo, y hay experiencia, para intuir como quedará, y hay estudio, para saber que hacían los mejores, y hay dominio del equipo, para sacarle lo mejor con los matices que, aunque parezca mentira, te ofrecen una simple lente y un negativo de más de 10 pulgadas.
Y hay trabajo, mucho trabajo. Ha venido muchas veces en este último año para captar Torre Juana en diferentes momentos y ha pasado horas, muchas horas en ese santuario que para un fotógrafo como Eliseo es su sala oscura, durante años en su consulta y ahora en su casa.
Y sobre todo Eliseo, en esas fotos, además de arte y de historia, hay emoción, la que trasmites con tu trabajo, y hay ilusión mucha ilusión y hay generosidad por hacerlo para que los demás disfrutemos. Gracias por ser así y solo espero que uno de tus primos pequeños, el único no Pascual de primer apellido, no te haya defraudado. De fotos se poco, pero de trasmitir cariño a quien se lo merece, tengo para dar y vender.
Gracias

exposicion-torre-juana-11_g

Intervención de Eliseo Pascual

Fotografiando Torre Juana
No suelo escribir lo que quiero decir; el viernes tampoco lo hice. O sea, no tengo escrito. Con los conocimientos de fotografía que yo suponía que la mayoría pudiera tener era necesaria una explicación de lo que iban a ver, y
de que más que resultado de alta tecnología y modernidad – como podía hacer pensar que se ha hecho algo que se expone en espacios planeados para trabajar mirando al futuro -, quise explicar que la fotografía que se llama de Gran Formato es así porque utiliza negativos del mismo tamaño que las copias que se exhiben, como se hacía en el S XIX. Eso les da a la vez nitidez, brillo, misterio y suavidad en muchos detalles. Y una impresión de realidad en la que el uso del blanco y negro recuerda que es una abstracción.
He andado por Torre Juana con trípode y cámaras y mirando con ojos que buscan encontrar aquello, que si se consigue fotografiar con éxito, hará que los que miren más tarde las fotografías consigan ver un poco más allá. Una buena fotografía pide ser mirada, y las sucesivas miradas van mostrando más y más contenido. Torre Juana es un espacio misterioso y cuando parece que ya se ha agotado aparece de repente un nuevo rayo de sol, otro punto de vista, una hora inexplorada, o simplemente otro cielo que ofrece nuevas oportunidades. Las fotografías hechas desde fuera de la finca son las últimas que añadí y muestran la casa tras un muro y palmeras, como la vería un paseante; otra tras la reja de entrada que centra la atención del que se acerca.
Primero en mis visitas y luego en la organización de la exposición solo he encontrado sonrisas, y deseos de ayudar. Desde Valmir y Said siempre en Torre Juana abriéndome la puerta, Marilú y Julia siempre pendientes y
dispuestas, y Andrés, siempre con un si en la boca. Mas lujo imposible. He tenido manos totalmente libres para organizar la exposición como pensé que las fotografías serían más atractivas; y siendo la iluminación fundamental, teniendo la exposición ya montada me emocionó ver como las fotos adquirían esa intensidad que se busca en ellas. En fin, preparando una exposición de fotografía he encontrado todo el calor humano y el cariño que se puede hallar y estímulo para mantener el motor encendido y seguir con el proyecto. ¡Habrá más cosas que enseñar!
Eliseo Pascual

exposicion-torre-juana-10_g

Eliseo Pascual en la Sala de Exposición. Foto: Diario Información

Seguir Leyendo: Preparando la Exposición de Eliseo Pascual (Fotos de su cámara).

La exposición en la prensa: